miércoles, 13 de abril de 2011

INSTRUMENTOS ECONOMICOS Y NORMATIVIDAD AMBIENTAL





4.1 Instrumentos económicos
                                                 351 60f5AdF7a8 experiencias en el uso de instrumentos econ micos y sistemas de gesti n ambiental Instrumentos económicos y sistemas de gestión ambiental

Los instrumentos económicos son aquellos que determinan el tipo y el sentido de las decisiones de producción, consumo y disposición de desechos que se dan entre las relaciones sociedad-naturaleza, y promueven o inducen pero no obligan a lograr cambios de comportamiento favorables al uso sostenible del medio ambiente, tratando de corregir las fallas del mercado.

Los instrumentos económicos se enmarcan en las políticas ambientales como una herramienta que actúa en el compartimiento de los agentes económicos a través de señales de mercado. Existe un amplio abanico de instrumentos económicos de posible aplicación a objetivos de política ambiental (tasas por contaminar, creación mercados de permisos transables, pago por servicios ambientales, etc.).

Se trata de esquemas que operan a nivel descentralizado y que aplican la lógica económica a la solución de los problemas ambientales.
Ya sea en sustitución de instrumentos de comando y control o conjuntamente con ellos, en la teoría, los instrumentos económicos presentan características de interés para mejorar el desempeño ambiental, internalizar los daños y beneficios ambientales (aplicación del principio contaminador-pagador; pago por servicios ambientales) y para conseguir objetivos de carácter ambiental al menor costo posible.

Por otro lado, teniendo en cuenta las limitaciones de recursos financieros a los que tienen que hacer frente las autoridades ambientales de los países, existen instrumentos económicos que tienen capacidad de, al mismo tiempo de corregir problemas ambientales, recaudar ingresos que pueden dedicarse también al área ambiental.

Algunos de los mecanismos de implementación contemplados en diversos Acuerdos Multilaterales Ambientales (por ejemplo, el Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kyoto), tienen como base el uso de instrumentos económicos.


A pesar de las características mencionadas arriba y del potencial que presentan en teoría como instrumentos de política ambiental, su uso en la región ha sido bajo, como se detalla mas adelante. Es por ello que las actividades de las agencias del Comité Técnico Interagencial (CTI) que trabajan en esta área se han dirigido a:

a) Evaluar las lecciones extraídas de los casos de aplicación de instrumentos económicos que se han dado en los países de la región; identificando: i) los factores que están presentes en los casos de aplicación exitosa de instrumentos económicos en la región y las estrategias o circunstancias que han sido determinantes para lograr este resultado en el marco de la gestión ambiental; ii) las barreras que enfrenta la implementación de instrumentos económicos de gestión ambiental, dado el entorno jurídico-institucional y económico en los países de la región.

b) En base a la evaluación de las circunstancias locales en que deben operar estos instrumentos, desarrollar recomendaciones propositivas que le sirvan a los gobiernos en el futuro diseño y aplicación exitosa de dichos instrumentos en apoyo a sus políticas de gestión ambiental identificando posibles estrategias de implementación que pudieran seguir las autoridades ambientales de la región para superar estas barreras y explotar las ventajas potenciales de estos instrumentos en la gestión ambiental.
La promoción de los instrumentos económicos en apoyo a la gestión ambiental ha sido incorporada por varios foros y acuerdos globales.


3.4.2 Normatividad ambiental

La normatividad ambiental mexicana ha tenido un desarrollo bastante acelerado a partir 1988. Desde 1993 muchas normas técnicas mexicanas se transformaron, tras una revisión especializada y un análisis costo/beneficio serio, en Normas Oficiales Mexicanas. A la fecha hay 79 Normas Oficiales publicadas, y se encuentran en proceso de elaboración 64, de las cuales cinco son revisiones. Las 79 publicadas nos colocan a la cabeza de América Latina y superan los esfuerzos de normalización de muchos otros países. Lo anterior muestra el considerable avance que hay en materia normativa en nuestro país, reflejo de un esfuerzo concertado por fijar metas de calidad ambiental. Sin embargo, hay considerables lagunas por llenar y algunos traslapes, ya que parte de las normas se han desarrollado en respuesta a demandas puntuales y presiones, sin tener detrás un ejercicio de priorización ni de análisis de efectividad y costo.
                                            

Esto ha conformado un cuerpo normativo que a menudo contempla estándares diferenciados por industria para un mismo medio y un mismo contaminante, y que sin ser laxa no siempre refleja metas de calidad ambiental. Así, el número de normas que se ha desarrollado no refleja al grado que sería deseable la existencia de un cuerpo normativo coherente ni suficiente, aunque entre ellas hay un número importante que son adecuadas.

Las ventajas de los instrumentos económicos son varias: el costo efectividad que permite alcanzar objetivos de manera menos costosa, al igualar el cargo o impuesto con los costos marginales de abatimiento; el ajuste automático, los niveles de emisión se ajustan automáticamente al impuesto o precio fijados; contienen intrínseco el principio �el que contamina paga, de tal manera que los contaminadores se hagan cargo del daño ambiental que generan; reditúan en beneficios ambientales y económicos, pues los ingresos se pueden utilizar para la conservación o mantenimiento de los recursos naturales, al mismo tiempo que modifican conductas que deterioran el ambiente, y permiten integrar los aspectos ambientales en políticas sectoriales.
                                                        

La política ambiental en nuestro país se ha sostenido en mayor proporción en los instrumentos de carácter normativo, también conocidos como de comando y control; la distinción entre normativos y económicos radica en que los segundos ofrecen un potencial recaudatorio, el cual puede tener un destino extra presupuestal.
Si consideramos que los impuestos ambientales gravan determinadas actividades que impactan negativamente el ambiente.
Entonces, se podría pensar que los recursos recaudados con motivo de esas actividades deberían tener ese destino o fin, con objetivos a corto, mediano y largo plazo.
En el corto plazo se persigue disminuir el consumo o utilización de los bienes o servicios que causan mayor daño al ambiente; en el mediano y largo plazo se fomenta el cambio a tecnologías limpias, que posibiliten el crecimiento económico y al mismo tiempo reduzcan el deterioro ambiental.

Ejemplos de normativa ambiental
 
 

 

lunes, 4 de abril de 2011

Enfoque Tecnologico Del Desarrollo Sustentable


Existen varios ejemplos que ilustran la preocupación por la sustentabilidad del desarrollo: Evaluación de los impactos que provocan estilos de desarrollo en el bienestar de las generaciones futuras Reconocimiento del rol decisivo que desempeña el capital o el patrimonio natural, mientras provee beneficios a la sociedad.
El concepto de sustentabilidad proviene de las ciencias biológicas, la forma de evaluar la conservación o depredación de un recurso consiste en incorporar criterios de trabajo a los patrones y características naturales de un recurso.
Los fenómenos exógenos son aquellos que operan al margen de lso criterios de trabajo como los programas de protección de los bosques, di cierre d áreas de pastoreo y protección de esos recursos.

El enfoque de sustentabilidad se hace más complejo, ya que se suman criterios de trabajo que inciden en el manejo y uso de los recursos como participación ciudadana, políticas y de instituciones.
Ciertos proyectos de inversión tienden a desaparecer antes de que termine la vida útil que se previó al diseñarlos.
La sustentabilidad se analiza a nivel macro, ya que depende de factores sectoriales y macroeconómicos, por eso que la carga de deuda externa contribuye a que sea menor el apoyo a los programas ambientales de largo plazo, en razón de la escasez de recursos fiscales.
La sustentabilidad requiere un equilibrio dinámico entre todas las formas de capital o acervos que participan en el esfuerzo del desarrollo económico y social de los países, para que la tasa de uso del capital no exceda su propia tasa de reproducción.

La sustentabilidad ambiental depende de los sistemas de asignación de derechos de propiedad y tenencia de los incentivos económicos y sociales, del manejo de la economía y de los recursos, del rol del Estado, empresas y comunidades de distinto tipo y las personas.
En América se encuentra una transformación productiva que aumenta la participación de la sociedad a través de un ambiente más democrático que buscan explotar recursos naturales y así mejorar los niveles y condiciones de vida. No se puede mejorar la calidad de vida de la población a costa de su nivel de vida, es por eso que el capital natural es fundamental para lograr la transformación productiva con equidad.
Los procesos de desarrollo afectan la calidad del medio ambiente como la contaminación del agua y del aire ya que disminuyen la capacidad de los ecosistemas para entregar a la comunidad bienes y servicios Las políticas económicas no son neutrales con referencia a los recursos naturales, el avance tecnológico dinamiza las economías con el fin de reducir los efectos negativos y cambiarlos a positivos para el capital natural.
La base del desarrollo sustentable la constituyen estructura de incentivos, legislación, gestión y organización de actividades productivas.


La conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio ambiente y desarrollo principalmente se sustenta en la incorporación del progreso técnico con miras a lograr recientes niveles de productividad. En 1971 hubo una reunión con los expertos sobre el Desarrollo y el medio, donde se preparó un documento sobre el estado del medio ambiente humano y natural.
Algunos de los aspectos tratados con detalle fue la relación entre desarrollo y medio ambiente, comercio internacional, surgimiento de normas ambientales.
Se destacó que las consideraciones ambientales podrían beneficiar a ciertas regiones del mundo, según la relación entre capital natural y productos sintéticos y el grado de influencia del capital extranjero.

En el tema de recursos energéticos, gestión racional del agua y recursos minerales se dieron a conocer efectos negativos de la contaminación como resultado de procesos productivos o políticas inadecuadas sobre tratamiento y eliminación de desechos.



Un objetivo de la actividad económica es la satisfacción de necesidades. Por eso, decimos que al realizar la actividad económica, se lleva a cabo un proceso de trabajo, en el cual el ser humano entra en contacto con la naturaleza. Podemos decir que ese proceso ha ocurrido desde el surgimiento mismo de la humanidad como especie. Imaginemos al mono-casi-hombre o al hombre-casi-mono, colgado de un árbol, tratando de alcanzar un fruto, sacudiendo alguna rama. Pensemos que en el siguiente momento, el tipo se desploma porque la rama estaba seca. En el suelo y lleno de coraje, empieza a dar brincos maldiciendo al árbol y golpeandolo con la rama seca a la que, inconciente e instintivamente, todavía está aferrado. Con uno de esos movimientos, accidentalmente golpea el fruto que trataba de alcanzar y este cae sobre su cabeza, como si el árbol hubiera cedido ante la presión del maltrato y los golpes, o tal vez como si se hubiera compadecido del pobre tipo.


En ese momento, este antepasado nuestro habría realizado un gran descubrimiento. Estaría dándose cuenta de que para satisfacer su hambre, puede auxiliarse de algunos instrumentos, los cuales pueden ser tomados del medio que lo rodea. En el ejemplo que hemos introducido, el cual tiene mucho de fantasía, el individuo se estaría dando cuenta de que puede “alargar su brazo”, en una distancia igual a la longitud de la rama. Un descubrimiento de esta magnitud, llevaría al mismo individuo y a otros de su colectividad a buscar “auxiliares” para satisfacer sus necesidades, y esto lo haría observando con cuidado el medio circundante.

Es muy probable, que la humanidad haya pasado por este tipo de procesos. Es posible también que al buscar y rebuscar, haya comprendido que no siempre la naturaleza le proporcionaría de manera generosa herramientas o instrumentos para auxiliarse en sus tareas, sino que deberían fabricarse o construirse a partir de la experiencia acumulada en etapas anteriores de la especie. Así, los recursos del medio tendrían que ser transformados, con ayuda de la capacidad de razonar que es inherente al ser humano.

Con la misma lógica, podemos decir hoy, que Internet es una vía para “alargar la distancia a la que podemos ver”, pues con ayuda de ese instrumento es posible “ser testigos” de lo que está ocurriendo en otro continente e incluso podemos interactuar con personas de distantes lugares. Por supuesto, que la complejidad tecnológica de una computadora es enormemente mayor que la de una rama seca utilizada para “bajar” frutos de los árboles. Pero también es cierto, que el hombre primitivo no disponía de los conocimientos que se han acumulado a lo largo de la historia hasta llegar a nuestra generación.

La más importante lección de estos ejemplos, es que aún en la más primitiva actividad económica, además de la búsqueda de satisfactores para sus necesidades, el ser humano conoce mejor a su medio, descubre y desentraña los misterios de la naturaleza. En base a esto diseña y fabrica instrumentos y herramientas cada vez más sofisticados que le auxilian en sus actividades. Esto es lo que conocemos como avances de la Ciencia y la Tecnología.


Parece entonces que no valen la pena los esfuerzos de la Gestión Ambiental y la Eco-eficiencia para lograr producir con menor cantidad de materia prima y con menor impacto al medio ambiente. Aunque estos esfuerzos medidos de manera parcial representan una reducción en los costos y el aumento de la productividad sólo se encaminarían a una desmaterialización sostenible si se desligan de una manera radical de la producción. En la Figura 4, se puede apreciar como el consumo total de agua (m3) de la empresa PAVCO S.A. , de Colombia. En PAVCO el consumo de agua, al menos en los últimos 9 años, no tiene relación ni directa, ni inversa con la producción anual (en toneladas).


 En este caso específico, la desmaterialización del consumo de agua es evidente, pero habría un límite económico y tecnológico para la misma; alcanzado esté límite la sostenibilidad de la estrategia comenzaría a depender del consumo; es decir, si yo he reducido el consumo de agua total por un factor de 5 pero con el tiempo consigo aumentar la producción por un factor de 5, es claro que sería altamente productivo y se estaría haciendo “más con menos” pero en términos de agua estaría igual que al principio, pero consumiendo 5 veces más materias primas como PVC, plásticos, trasporte, energía, etc.

Las estrategias de reducción de la contaminación, producción más limpia y en general de Gestión Ambiental han sido apoyadas siempre en el concepto de aumentar la productividad y la eficiencia empresarial generando empresas mas competitivas, pero, en términos de recursos planetarios y a largo plazo no cambian la tendencia a consumir todos los recursos hasta su agotamiento, para abastecer nuestro sistema productivo. La Gestión Ambiental entendida así hace esta tendencia simplemente más lenta.
Esto es lo que se conoce como PROBLEMAS DE LA DESMATERIALIZACION DE LA ECONOMIA


La Sostenibilidad Social es otro de los cuestionamientos a este tipo de estrategias, ya que la reducción en los flujos de materia y energía supone de alguna forma la reducción de la producción y esto significaría reducción en fuentes de empleo. En el mundo de los negocios supone una alta capacidad de innovación y que estratégicamente hay ciertos sectores que no se pueden desmaterializar con la misma intensidad de otros, para no causar un problema social inmediato en aras de la sostenibilidad a largo plazo. Además, se plantean problemas entre las naciones productoras de materias primas y energía donde una estrategia de desmaterialización en naciones industrializadas busca reducir, por ejemplo, dependencia de las políticas de los países productores de petróleo.


Bajo la perspectiva de un país productor de materias primas y exportador de petróleo como Ecuador, no todos parecen aceptar la desmaterialización, FALCONÍ (2000) afirma que la desmaterialización de la economía no está comprobada y además está en entredicho, especialmente cuando se estudia desde la valoración global de materiales y energía utilizados por las economías industrializadas o ricas y, desde el tipo de indicadores que se utiliza para medirla. El Doctor Falconí sostiene que la desmaterialización de la economía es apresurada y tiene una carga ideológica muy fuerte, recurriendo en su discusión al problema Norte-Sur, y “que a pesar de la sofisticación de algunos modelos y técnicas econométricas utilizadas aún no hay una evidencia empírica, peor aún una certeza física concluyente de este hecho” refiriéndose a la desmaterialización de las economías industriales.

LA FALACIA DE LA DESMATERIALIZACIÓN PARCIAL
La desmaterialización de la producción es una realidad. Ciertos productos, como los computadores personales, teléfonos celulares y en general los artículos producidos por la industria electrónica se han vuelto más ligeros y pequeños, en un proceso que consume cada vez menos materia y energía para la producción y distribución unitaria de cada artículo. Este es un proceso donde se aumenta la productividad y se basa en la capacidad de innovación de los productores. Si embargo este aparente progreso de la ciencia y del sistema productivo parece no tener efectos a largo plazo en la sostenibilidad de la economía ya sea local o planetaria. Un caso dramático es el consumo de papel, en una sociedad en que la tendencia es a un mundo “on-line” donde se tiende al menor uso de papel, Estados Unidos con todos sus avances de redes e Internet hoy usa el doble de papel que los usado en 1950, en promedio un kilo por persona día . En la Figura3 se aprecia esta tendencia para la economía estadounidense.
Como afirma SCHMIDT-BLEEK (2000) , para ejemplarizar esta idea del consumo intensivo y la necesidad de separar la tendencia que une el uso de los recursos con la producción de bienes y servicios; se estima que hoy día, más de 100 millones de empresas producen alrededor de seis millones de productos diferentes en el mundo entero, y quizás diez veces más en servicios cada día. Estos productos y servicios cambian de manera continua sujetos a procesos permanentes de innovación y son consumidos por 6 mil millones de personas, viviendo en más de 200 países con bagajes culturales diferentes y en las más variadas condiciones geográficas. Bajo estas condiciones la generación de mayor numero de bienes y servicios no es sostenible, pero genera riqueza y desarrollo a corto plazo.]]

Un factor crítico para alcanzar el consumo sustentable sigue siendo el establecimiento de una alternativa aceptable para el actual modelo de consumo que debería llevar una mejor calidad de vida a toda, o al menos a la mayoría de la población. El nuevo modelo debería permitir, por ejemplo, más tiempo para la vida en familia y en comunidad, más participación en eventos culturales y más tiempo para prácticas religiosas y espirituales.

Muchos autores han propuesto diferentes modelos o paradigmas para cambiar los patrones actuales de consumo y producción y alcanzar un futuro más sustentable. Todos ellos proponen una serie de actividades y responsabilidades coordinadas por el gobierno, la industria y los consumidores. A continuación presentaremos solamente cuatro que permiten tener una visión general de las alternativas que actualmente se están buscando y estudiando. Los nuevos paradigmas incluyen una perspectiva integrada en cuanto a políticas e iniciativas, un nuevo modelo industrial y un cambio de una economía de productos hacia una economía de servicios.
Uno de estos paradigmas se enfoca en la desmaterialización y los cambios en estrategias corporativas que pueden llamarse “venta de desempeño en lugar de bienes”. La economía industrial actual tiene una estructura lineal y su éxito se mide como el flujo monetario en el punto de venta, lo cual está directamente relacionado con el flujo de bienes y recursos de materias y energía. Para poder ser sostenibles, los países industrializados tendrán que operar en un nivel más alto de eficiencia en el uso de recursos estimado en un factor de 10. Esto puede alcanzarse mediante una economía de servicios que emplee el “valor de uso” como su concepto central de valor económico y mida su éxito en términos de administración de activos revalorando la existencia de bienes y optimizando su uso (véase cuadro 2).

Un ejemplo puede ser el siguiente: imaginemos que una compañía que fabrique productos químicos venda información y asesoría en lugar de pesticidas. Actualmente, las compañías químicas aumentan sus beneficios de manera proporcional al aumento en la venta de pesticidas, lo cual da como resultado la contaminación y el desperdicio de recursos.
Sin embargo, una alternativa más eficiente podría ser que los agricultores pagaran a las compañías por proteger sus cultivos en lugar de adquirir sustancias químicas peligrosas. Al mismo precio por área agrícola, la compañía se enfocaría a evitar el desperdicio de materiales y la utilización de controles biológicos baratos y por lo tanto en reducir el uso de pesticidas.

Un segundo paradigma se enfoca en la necesidad de aplicar un nuevo modelo industrial que valore las ganancias sociales y ambientales tanto o más que las ganancias económicas. Este modelo industrial debería tener las siguientes características:

- No introduce materiales peligrosos en el aire, el agua y la tierra.
- Mide la prosperidad por la cantidad de capital natural que puede aprovecharse de manera productiva.
- Mide la productividad por el número de personas que tienen un buen empleo.
- Mide el progreso por el número de edificios industriales que no tienen chimeneas ni otro medio de contaminación del ambiente.
- No produce nada que requiera la vigilancia de las futuras generaciones.
- Celebra la abundancia de la diversidad biológica y cultural, además de la energía solar. (Mc

Donough y Braungart 2001)
El tercer modelo se diseñó con la idea de combatir los problemas principales del consumo insostenible. Algunos gobiernos europeos que han desarrollado métodos de “Políticas Integradas para Produc-tos” (PIP), para crear un sustento legal estándar y una plataforma de incentivos para cerrar el ciclo de productos y recursos en relación con su desempeño económico.

Las PIP proponen remediar la actual situación insostenible aplicando una amplia gama de políticas de manera coordinada, integrada y complementaria. Se basan en el hecho de que no existe una sola solución que se aplique en todos los casos y, por lo tanto, proponen una serie de instrumentos que se utilizarán dependiendo de cada caso. Los instrumentos van desde acuerdos voluntarios hasta leyes enérgicas (ver cuadro 2).
Las PIP son un buen ejemplo del desarrollo de políticas que, al captar una amplia gama de cuestiones en una sola propuesta, hacen que las leyes sean más eficientes para la industria; así hay menos leyes que administrar y un desempeño más competitivo y eficiente en términos generales.

El último modelo se llama eco-producción y se enfoca hacia una planeación y manejo comunitario y participativo de los recursos naturales buscando la maximización de los beneficios para la mayoría y dentro de una perspectiva cultural local. Todo esto se lleva a cabo con una visión a largo plazo y con el objetivo de la sustentabilidad.


La eco-producción se orienta hacia un desarrollo rural, local y comunitario que valoriza la diversidad cultural. La eco-producción es un modelo participativo de análisis comunitario de planeación y acción que incluye la evaluación de los beneficios culturales, ambientales, sociales y económicos de las actividades productivas y de utilización de los recursos naturales (incluyendo los recursos humanos) que las comunidades rurales piensan realizar.


El objetivo esencial de una industria es transformar la materia prima en un producto comerciable. La generación de residuos y emisiones durante el proceso productivo puede ser considerada como una pérdida del proceso y un mal aprovechamiento de la materia prima empleada, por lo tanto, representa un costo adicional del proceso productivo. A su vez, la generación de residuos origina impactos económicos importantes asociados a los costos de tratamiento y disposición final de éstos.

El enfoque tradicional con que se ha abordado el control de la contaminación, considera como primera opción reducir los contaminantes después de que se hayan generado por los procesos industriales, exigiendo la aplicación de tecnologías de etapa final o “fin de tubo” (end of pipe), que muchas veces alcanzan costos elevados obstaculizando la competitividad de las empresas, especialmente en el caso de las PyMES.

La Producción Limpia invierte o reorienta la jerarquía de gestión de los contaminantes, considerando las oportunidades de prevención de la contaminación:
reducción de los residuos en el origen;


reutilización y reciclado;
tratamiento o control de la contaminación;
disposición final
Las tecnologías limpias están orientadas tanto a reducir como a evitar la contaminación, modificando el proceso y/o el producto. La incorporación de cambios en los procesos productivos puede generar una serie de beneficios económicos a las empresas tales como la utilización más eficiente de los recursos, reducción de los costos de recolección, transporte, tratamiento y disposición final.

Una tecnología de producción limpia (TPL) puede ser identificada de varias maneras: o permite la reducción de emisiones y/o descargas de un contaminante, o la reducción del consumo de energía eléctrica y/o agua, sin provocar incremento de otros contaminantes; o logra un balance medioambiental más limpio, aún cuando la contaminación cambia de un elemento a otro. Esto último supone evaluar la nueva tecnología sobre la base de las normas y estándares fijados por la legislación medioambiental.

En principio, la producción limpia podría entenderse como aquella que no genera residuos ni emisiones. En la realidad esto no es así. Primero, porque en el estadio actual de desarrollo son escasas las tecnologías económicamente viables que logren cero emisión. Segundo, porque si bien toda emisión puede generar una externalidad negativa (o pérdida de bienestar social sin compensación), el nivel óptimo de contaminación no es igual a cero, sino aquel en que los beneficios sociales marginales de minimizar residuos, sean equivalentes a los costos sociales marginales de lograr tales reducciones.


1.1 Producción Limpia
La filosofía de la producción limpia empezó a mediados de los ochenta, en la actualidad forma parte de la política medioambiental de la mayoría de los países desarrollados y se integra poco a poco a la de los países subdesarrollados.

La producción limpia es una estrategia de gestión empresarial preventiva aplicada a productos, procesos y organización de trabajo.

Objetivo de la producción limpia: Es minimizar emisiones tóxicas y de residuos, reduciendo así los riesgos para la salud humana y ambiental, y elevando simultáneamente la competitividad de las empresas.

Las cuatro acciones de la producción Limpia
Minimización y consumo eficiente de agua y energía
Minimización de insumos tóxicos
Minimización del volumen de todas las emisiones que genere el proceso productivo
El mayor reciclaje posible en la planta
Una menor producción de deshechos y derivados del proceso de producción

La PL tiene como propósito general incentivar y facilitar el aumento de la competitividad y el desempeño ambiental de las empresas, apoyando el desarrollo de la gestión ambiental preventiva para generar procesos de producción más limpios, incluyendo el uso eficiente de la energía y el agua. La política de PL, representa un eslabón que articula la política ambiental con la política de desarrollo productivo, expresando así una importante dimensión de la estrategia de desarrollo sustentable, teniendo en cuenta que las tecnologías ambientales convencionales trabajan principalmente en el tratamiento de residuos y emisiones generados en un proceso productivo.

Impactos y beneficios que genera la PL
Se evidencia un cambio en el pensamiento del ser humano que repercute en su entorno, este cambio se encuentra asociado al fomento de una cultura de la prevención, la cual no formaba parte de la cultura del hombre; cuando hace decenios empezó la protección medioambiental, en ese entonces sólo se contemplaban métodos de control a menudo llamados dispositivos de última etapa para solucionar problemas de aguas contaminadas, atmósfera tóxica, y las demás consecuencias del desarrollo industrial y de la actividad humana. La actual protección del medio ambiente está evolucionando e incorpora una nueva estrategia para evitar los residuos y la contaminación que desde siempre han caracterizado el desarrollo industrial. La PL está asociada a la eficacia, que siempre ha sido un objetivo bandera de las empresas, pero su consecución ha carecido a menudo de consideraciones ecológicas.

Por qué adoptar la PL por parte del sector empresarial
Desde la perspectiva de garantizar el desarrollo sostenible y enfrentar los nuevos retos de la competitividad empresarial, la gestión ambiental se considera como una fuente de oportunidades y no como un obstáculo. Dentro de esta gestión, adoptar la PL resulta una alternativa viable para el logro de los objetivos de desarrollo. Adicionalmente, existen otras motivaciones como son la convicción plena de que es una estrategia encaminada al desarrollo sostenible, que mejora la competitividad y garantiza la continuidad de la actividad productiva, gracias al mejoramiento de la eficiencia en los procesos productivos, en los productos y en los servicios; ayuda a cumplir con la normatividad ambiental y garantiza el mejoramiento continuo de su gestión en este sentido; ayuda a mejorar la imagen pública, ya que previene conflictos por la aplicación de instrumentos jurídicos (por ejemplo, la tutela) y disminuye las inversiones en sistemas de control al final del proceso.

Cómo introducir la PL en la empresa
Primero es necesario realizar un plan de gestión que incluya un diagnóstico ambiental en su análisis de foda o de fuerzas y debilidades, de esta manera se identificarán cuáles son las maneras o formas en que la empresa contamina.
Después realizar un plan Estratégico Operativo (ubicación y límites, bosques e hidrografía, geología, inventario de flora y fauna, calidad del agua en el estado actual, suelos, topografía, clima, infraestructura de servicios circundantes, sistema vial, usos actuales, valorización y/o desvalorización de las áreas de influencia); identificar la disponibilidad de recursos naturales y de infraestructura que tiene la región que constituye el ámbito geográfico de operación de la empresa y analiza la incidencia que tiene esta situación en el desarrollo de las actividades de la empresa (insumos, procesos de trabajo, productos finales y elementos residuales, retroalimentación, ámbito geográfico de operación); conocer el impacto ambiental que generan las labores que realiza la empresa e identifica criterios, aspectos y situaciones que deben tenerse presente en la formulación de los planes de desarrollo (efectos en el agua en el área de influencia, cambio de uso de suelo en el área de influencia, efectos por gases emanados, efectos sobre el agro-ecosistema: pastos y bosques, efectos generados por ruido); conocer las posibilidades, incentivos y restricciones para el desarrollo de las actividades de la empresa, derivadas de las reglamentaciones que regulan la conservación del medio ambiente.


 El éxito de un proyecto de prevención de la contaminación se mide por la reducción de la cantidad de residuos generados pero, también, por la posible disminución de su toxicidad, mejora en la calidad y productividad, la satisfacción de los empleados y clientes, entre otros. El seguimiento de la iniciativa permitirá sugerir nuevas oportunidades de prevención de la contaminación que enriquezcan el proceso.

1.2 La norma ISO 14001
En las empresas, que habitualmente enfrentaban el problema de la contaminación a través de acciones aisladas y con la responsabilidad dispersa e inconexa, requieren hoy en día contar con un sistema de gestión integrado que les permita controlar los riesgos ambientales de manera más efectiva.
La certificación del Sistema de Gestión Ambiental garantiza que la empresa lleva adelante sus operaciones dentro de un marco que contempla el control del impacto ambiental de las mismas, el cumplimiento de la legislación, y que tiene objetivos de mejoras acordes a los estándares internacionales. Es así como la ISO 14000, llamada también norma “ISO verde”, constituye una normativa que provee a la gerencia con la estructura para administrar un Sistema de Gerencia Ambiental.

La serie incluye disciplinas en eco-gerencia, auditoria, evaluación en la gestión de protección al medio ambiente, eco-estampado/etiquetas/sellos y normalización de productos entre sus guías. Más aún ISO 14001 se puede integrar con seguridad, salud ocupacional e ISO 9001 para lograr un Sistema de Gerencia Integral.


1.3 Caso de estudio empresa ACINDAR
La empresa ACINDAR es una de las más importantes empresas siderúrgicas en Argentina y es líder en la producción de aceros no planos, Desde su fundación en 1942, ha jugado un papel importante en la consolidación de la industrialización del país, así como en la permanente incorporación de nuevas tecnologías a fin de mejorar la calidad de la producción y la preservación del medio ambiente. El principal centro industrial de Acindar se encuentra en la localidad de Villa Constitución, Provincia de Santa Fe, ocupa una superficie de 394 hectáreas de las cuales 220.000 m 2 pertenecen a sus instalaciones integrales.

 La planta cuenta con una capacidad de producción de 1.200.000 toneladas anuales de acero crudo, que es sometido a diversos procesos: Reducción de mineral de hierro; fabricación de acero en hornos eléctricos y colada continua con etapas de laminación; y fabricación de alambres y productos tubulares para obtener productos como palanquillas, alambrones, flejes, hierros para construcción y barras. En 1998 sus ventas ascendieron a 672 millones de dólares.


Proceso de producción
El proceso de producción en la planta semi-integrada de Villa Constitución comienza con la reducción del mineral de hierro en la planta de Reducción Directa con una capacidad de 1.000.000 toneladas anuales. Este producto, junto con carga de chatarra, ferroaleaciones y otros insumos a tres hornos eléctricos para elaborar, después del proceso de colada continua, 1.300.000 toneladas de palanquillas. El material producido se utiliza en procesos subsecuentes de laminación para la obtención de alambrones, barras y flejes. Luego en plantas específicas continúa los procesos para la obtención de una variada gama de productos como tubos, perfiles, alambres, productos galvanizados, mallas, cables, etc.


La empresa y el medio ambiente
La industria siderúrgica por las transformaciones intrínsecas de los procesos de producción y por la magnitud de los recursos naturales que involucra. Estos impactos pueden ser diversos : emisiones, resultado de la generación de energía y de distintos procesos de combustión; aguas residuales, debido al tratamiento de superficies, métodos de enfriamiento y purificación de gases; residuos sólidos; contaminación del suelo y generación de ruido, calor, entre otros. En una etapa de planificación, Acindar desarrolló una visión global, práctica y simplificada de los distintos impactos generados a través de evaluaciones de los procesos productivos de sus plantas.

Dentro de los programas desarrollados para el control de las situaciones ambientales generadas, se han analizado, estudiado y propuesto alternativas para el mejoramiento continuo, contenidas dentro de un Programa de Proyectos Ambientales. El sistema de Gestión Ambiental (SGA) de Acindar está enmarcado dentro de los requerimientos legales específicos y voluntarios según los estándares internacionales.

Entre los mismos se destacan las Certificaciones de Aptitud Ambiental de acuerdo a las normativas legales aplicables a sus instalaciones y procesos, en sus plantas de las Provincias de San Luis y Buenos Aires y la Certificación ISO 14001 de su planta Navarro
en la Provincia de Santa Fe, siendo ésta la primera siderurgia argentina en obtener este logro. Estrategias de reducción de la contaminación

La Empresa introdujo acciones y mejoras ambientales contenidas en su SGA, enfocadas a la eficiencia y uso racional de energía, con el objeto de minimizar su efecto en el cambio climático. Entre ellas se destacan:
Reducción en el consumo de material para bienes y servicios.
Reducción en el consumo energético.
Uso racional de la energía.
Reducción en el consumo de material para bienes y servicios
Acindar ofrece el servicio de cortado y doblado de varillas para la industria de la construcción según las medidas y plan del proyecto de cada cliente, con entregas al momento, en la obra, de acuerdo a cronogramas requeridos y en paquetes individualizados. Gracias a ello la

Empresa contribuye a reducir el desperdicio de productos. Usualmente existen pérdidas que suele variar entre un 5 y 10 %, pero con este servicio sólo se utiliza el peso teórico indicado en las planillas, lográndose que la varilla sobrante sea reutilizada en otros procesos de producción. Es importante mencionar que pueden existir desperdicios ocultos en el concreto como los empalmes que se utilizan para aprovechar los recortes de varillas, o los tramos que deberían ser de un largo dado y que, por ser un poco mayores no se cortan.

Con la eliminación del manejo excesivo de varillas de gran longitud se generan beneficios económicos adicionales, como son el no utilizar el equipo para cortado y doblado, así como la eliminación de riesgos a accidentes y costos asociados. El objetivo logrado con este proceso es brindar un servicio adicional que permita economizar materiales, costos y ganar en sustentabilidad, seguridad y calidad. Reducción de el consumo energético


Con base de una planta modelo del International Iron and Steel Institute (IISI), se determinó el consumo específico para una producción unitaria de acero, a través del uso de indicadores globales de consumo de energía (Mkcal / ton de acero producido) y de un análisis de cada tipo de energía que se usa en la planta. Esto llevó a Acindar a desarrollar, junto con las mejoras tecnológicas y operativas implementadas en los pro cesos, los balances de energía para el período 1990 – 1998. El resultado ha sido una disminución en los consumos específicos de energía representados en la siguiente gráfica:

Acindar realizó varias acciones para eficientizar el uso de energía apoyándose en grupos de mejora continua y aplicando una metodología para el control del consumo energético. A partir de allí se han logrado ahorros en beneficio de la producción y la preservación del medio ambiente.
Los grupos de trabajo, han aplicado métodos para el análisis y solución de problemas. Además se han abocado a las tareas de implementar procedimientos, planillas de control de datos y seguimientos sobre los casos como la iluminación eficiente de las naves productivas y la parada de equipos inactivos.

Reducción de iluminación
A través del cambio de lámparas de menor consumo de energía (43%), mayor luminosidad (25%), con 100% de aumento de vida útil y menor costo (66%) se lograron mejoras significativas sobre todo en la reducción del consumo de energía cuantificado en 200.000 Kw/h anuales. Esto implica un ahorro de $10.000 anuales. El grupo obtuvo como conclusión el mensaje de que el uso racional de la energía no implica dejar de usarla sino de usarla en forma eficiente y controlada.


Parada de equipos inactivos:
A través de la disminución de la actividad innecesaria de cintas de transferencia de materiales , se ha logrado la reducción del consumo específico de energía. Mediante el análisis estadístico, seguimientos con planillas de control y procedimientos específicos se ha logrado la optimización de su funcionamiento con los siguientes beneficios :
Disminución del consumo de energía eléctrica
Mayor vida útil de los equipos
Menores gastos el lubricantes y mantenimiento
Considerando los consumos energéticos de cinta con carga y en vacío, estos beneficios se traducen en un ahorro del 21 % de energía eléctrica es decir 5.000 kw/h anuales.